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2013-05-22

Una introducción (no exhaustiva) al estudio científico de la religión (II) مدخل (غير شامل) نحو دراسة علميّة للدين .. الجزء الثاني An introduction to the scientific study of religion

En la entrada anterior presenté dentro del contexto evolucionista algunas hipótesis y estudios que intentan explicar la aparición de la religión. En ellos la religión sería bien un fenómeno adaptativo (al atenuar o controlar el miedo a la muerte, el estrés ante situaciones inabordables o como elemento cohesionador del grupo)  o bien un subproducto que ha parasitado a una adaptación previa (como sería el comportamiento acrítico de los niños ligado a la supervivencia). En todos estos casos el beneficio o perjuicio sería homogéneo para todos los miembros de grupo o clan y por extensión de la especie.
Sin embargo existen otros estudios en donde se indica una posible función diferencial de la religión dependiente de género. Así partiendo del conocimiento que la mayoría de las religiones tienen un complejo código para regular el comportamiento sexual (regulación para nada igualitaria entre los dos sexos) y que todas las religiones se han desarrollado en culturas fuertemente machistas y patriarcales mostrando una preferencia casi obsesiva por controlar la sexualidad femenina, los autores del estudio propusieron la hipótesis de que una de las posibles funciones de la religión sería la de servir a los grupos dominantes (es decir a los varones) en una de sus más arraigadas necesidades genéticas: asegurarse la certeza de la paternidad de la supuesta descendencia a la que están criando. En este estudio los autores, analizando mediante pruebas genéticas de paternidad la filiación real de los supuestos hijos de los teóricos padres en una misma comunidad africana en la que se mezclaban diferentes religiones, llegaron a la conclusión que las religiones que más fuertemente controlaban la sexualidad femenina eran las creencias más eficientes a la hora de asegurar más certeramente la progenitura a los pater familia creyentes en dichos ritos. Es decir, la religión aportaría una ventaja evolutiva, aunque en este caso sólo para los varones de las sociedades patriarcales, y siempre a costa del sombrío precio de un férreo control sexual de las esposas que se convertirían así en una mera posesión del varón y cuya función primordial sería la de engendrar hijos legítimos de sus esposos.
Sin embargo, otra posible explicación al fenómeno religioso podría venir de la compartimentalización de las aptitudes de nuestro cerebro. Diferentes estudios han demostrado que el cerebro humano diferencia de forma muy clara experiencias físicas y psicológicas en base a presiones evolutivas muy diferentes. Según diversos autores, esta diferenciación sería debida a que las aptitudes de reconocimiento del mundo físico son comunes a todas las especies animales y por tanto habrían aparecido antes en la evolución que las psicológicas, propias de nuestro mucho más reciente linaje de primates sociales o incluso algunas de estas aptitudes psicológicas serían exclusivas de nuestra especie, habiendose incorporado en los últimos cientos de miles de años. Y ambos tipos de competencias se desarrollarían de forma independiente, pero adquiriéndose ambas a edades muy tempranas. Así bebes de muy pocos meses tienen habilidades matemáticas simples y entienden conceptos físicos como gravedad o solidez, puesto que se sorprenden cuando se les presentan sumas erróneas o comportamiento anormal de objetos en movimiento.
Desde el punto de vista psicológico, se sabe que los recién nacidos prefieren mirar rostros más que cualquier otra cosa y que los sonidos que más les gusta escuchar son las voces humanas, sintiendo especial predilección por las de sus madres. Identifican correctamente diferentes emociones (ira, felicidad, miedo) en las rostros y en los tonos de vocalización de los adultos que les rodean y responden adecuadamente a estas señales. Es más, los bebés de tan sólo 5 meses de edad diferencian claramente estos dos tipos de fenómenos de tal forma que, en experimentos en los que se les presentaron en movimiento objetos inanimados y humanos son capaces de entender que las cosas presentan restricciones basada en el movimiento continuo, pero que las personas no tienen porqué cumplir esas limitaciones. Hasta aquí todo parece muy claro, ya que estos y otros experimentos sugerirían que los bebés y los adultos por extensión, tenemos dos formas claramente separadas de conceptualización de la realidad: una para los objetos inanimados (más simples y predecibles según reglas físicas) y otra diferente para los seres humanos (más complejos e impredecibles).
¿Pero qué ocurre cuando la línea divisoria se hace más tenue?¿seguimos diferenciando claramente objetos de personas y manteniendo separados ambos conceptos? o por el contrario ¿se mezclan ambos sistemas de reconocimiento e interpretación de la realidad? Si a niños pequeños se les presentan por ejemplo un par de objetos, que se muevan inicialmente de forma que parezca que uno está persiguiendo a otro, rápidamente parecen entender y asumir sin problemas que lo que está ocurriendo es una situación de persecución y caza en donde hay un objetivo a capturar, por lo que esperan que el objeto “cazador” continúe la persecución por el camino más directo tras el objeto “presa” y se sorprenden cuando los objetos inanimados no siguen esta lógica asimilada de los seres vivos.
Como se puede observar, los niños hacen una inferencia psicológica (presa, cazador, intención) por otra parte totalmente lógica a la vista de nuestro pasado evolutivo (y muy adaptativa, ya que probablemente es mejor pasarse de largo al equivocarse suponiendo intenciones a las cosas, que ser muy restrictivos y confundir con objetos a seres que en realidad tiene intenciones, por ejemplo un nuevo tipo de depredador que se camufle bien con el entorno y que acabe de llegar a nuestro ecosistema) donde en realidad sólo hay azar (los objetos se movían al principio ordenadamente sólo por casualidad, hasta que dejan de hacerlo y continúan moviéndose cada uno por su lado). Y sorprendentemente esto no ocurre sólo con niños pequeños, sino que los adultos tendemos igualmente a transferir muy fácilmente intenciones al mundo inanimado tal y como demostraron hace ya casi 70 años los psicólogos Fritz Heider y Mary-Ann Simmel. En un experimento muy similar al anterior mostraron esta película a diversos adultos
Excepto una persona que describió los hechos en términos geométricos (el triángulo grande se mueve próximo al pequeño, etc) el resto de los participantes en el ensayo vieron “un gran triángulo agresivo hostigando a un pequeño triángulo y a un círculo atemorizado, y a las pequeñas figuras aunando fuerzas para luchar contra el acosador”. Es decir asignaron a los objetos inanimados una evidente percepción de intención y de emoción. Únicamente los humanos que padecen autismo (y que presentan serios problemas de aptitudes psicológicas) son incapaces de ver intenciones en objetos.

Todo ello parecería indicar que nuestro cerebro estaría evolutivamente preparado (quizás hasta ansioso) para identificar en nuestro entorno agentes causales dotados de personalidad, motivaciones e intenciones específicas y por tanto según esta hipótesis nuestra mente interpretaría la Naturaleza como un conjunto de “entes”. Este comportamiento simplificaría mucho el tipo de respuesta: si algo parece “tener intenciones o motivaciones” mejor será por si acaso que nos comportemos como si de verdad las tuviera, porque en un mundo rodeado de peligros, muchos de ellos nuevos o desconocidos sobre todo en los entornos (cada vez más alejados de nuestra primordial Tierra del Lado Este) que hemos ido colonizando de forma tan efectiva en nuestro largo devenir como especie, eso sería una poderosa herramienta de supervivencia frente a lo desconocido. Y de ahí, de presuponer (por adaptación evolutiva) que estamos rodeados de “entidades intencionadas”, hasta llegar al animismo (quizás nuestra primera gran superstición y la base de todas las demás religiones) de temer al dios del trueno o de realizar una ofrenda al dios de la lluvia habría (metafóricamente hablando) sólo un paso.

 

 

في موضوعنا السابق، قدّمت، بسياق تطوريّ، بعض الفرضيات والدراسات التي تحاول تفسير ظهور الدين. وبحسبها، الدين عبارة عن ظاهرة تكيفية (تجاه التحكُّم بالخوف من الموت، القلق بمواجهة أوضاع عصيّة على الفهم، أو بوصفه عنصر تماسك بالجماعة) أو مُنتج فرعيّ قد تطفّل على تكيُّف سابق (كسلوك الأطفال الغير مبني على المُحاكمة والمرتبط بالبقاء على قيد الحياة). 
 
بكل تلك الحالات، تتجانس الفائدة أو الضرر عند كل الأعضاء بالجماعة أو القبيلة، لتمتد وتطال النوع الحيّ كله.


بالمقابل، تُشيرُ دراسات أخرى إلى وظيفة ممكنة تمييزية للدين، وتتوقّف على نوع الجنس (الجندر). هكذا نتقاسم معلومة تقول:
 
 لدى غالبيّة الأديان قانون معقّد لتنظيم السلوك الجنسيّ (تنظيم لا يُراعي مساواة شاملة بين الجنسين) وقد طوَّرت الأديان ثقافات ذكوريّة بطريركيّة راسخة، بظلّ وضوح إتجاه مسيطر لضبط الحياة الجنسيّة الأنثوية والتحكُّم بها، إقترح باحثوا هذا الإتجاه فرضيّة تخصّ إحدى وظائف الدين الممكنة:
 
 وهي الخدمة في تحقيق السطوة والسيطرة لجماعات (ما يعني، هنا، الذكور) في أحد أهم إحتياجاته الوراثيّة، عبر تأكيد يقينيّة الأبوّة للنسل المتحدِّر المُفترض القادم.
 
 يُحلّل الباحثون، في هذه الدراسة، أدلّة وراثيّة على أبوّة حقيقيّة للأبناء المُفترضين من آباء نظريين بذات المجتمع الأفريقيّ، حيث إختلطت أديان مختلفة، وقد توصلوا لنتيجة مفادها:
 
 بأنّ الأديان الأقوى قد تحكمت بالحياة الجنسيّة الأنثوية، وحضرت، في تلك الأديان، العقائد الأكثر فعالية لحظة تأكيد النسب الأبويّ في العائلات المؤمنة بتلك الطقوس. يعني، هذا، بأنّ الدين يحمل فائدة تطوريّة في تلك الحالة، رغم حصرها بالذكور في مجتمعات بطريركية، ودوماً على حساب تحكُّم جائر بالزوجات، اللواتي سيتحولن لملكيّة شخصية للذكور، ووظيفتهن الكبرى إنجاب الأطفال الشرعيين من أزواجهن فقط.


مع ذلك، يرد تفسير مُمكن آخر للظاهرة الدينيّة من التقاسم العقليّ لملكات دماغنا (تقاسم القدرة على تفسير السلوك الخاص أو سلوك الآخرين من خلال الإعتماد على حالات ذهنيّة .. بمعنى آخر).
 
 فلقد أثبتت دراسات مختلفة بأنّ الدماغ البشريّ:
 
 يُميّز بصورة واضحة جداً بين خبرات فيزيائيّة (مادية) ونفسيّة على قاعدة ضغوط تطوريّة هائلة الإختلاف.
 
 وبحسب باحثين مختلفين، تعود هذه القدرة بالتمييز لمؤهلات التعرُّف على العالم الماديّ المُشتركة عند كل الأنواع الحيوانيّة، وبالتالي، قد ظهرت في التطوّر قبل ظهورها في المؤهلات النفسيّة الخاصة بنوعنا الأحدث كسلالة رئيسيّات إجتماعيّة، أو سيقتصر حضور بعض تلك المؤهلات النفسيّة لدى نوعنا الحيّ، وربما قد أتتنا بأواخر مئات ألوف الأعوام. 
 
وينمو الجانبان بصيغة مستقلة، لكن يُكتسبا بأعمار باكرة جداً. هكذا، نجد أن أطفال بعمر أشهر قليلة: 
 
لديهم الأهليّة الرياضيّة (من رياضيّات) البسيطة، ويفهمون مصطلحات فيزيائيّة كالجاذبية أو الصلابة، وتراهم بحالة ذهول، عندما تقدم لهم حسابات جمع خاطئة أو تحريك غير طبيعي لأجسام أو أغراض بمحيطهم.


إنطلاقاً من وجهة نظر نفسيّة، من المعروف بأنّ حديثي الولادة، يفضّلون النظر للوجوه أكثر من النظر إلى أشياء أخرى، وأنّ أكثر الاصوات التي يرغبون بسماعها: 
 
هي أصوات البشر، ويشعرون بشعور خاص تجاه أصوات أمهاتهم. 
 
يمكنهم تحديد (قراءة) مشاعر مختلفة بشكل صحيح (الغضب، الفرح، الخوف) في الوجوه وفي نغمات الأصوات للبالغين بمحيطهم، والذين يستجيبون بشكل مناسب لتلك الإشارات عادة.
 
 بل أكثر من هذا، فأطفال بعمر 5 شهور، يمكنهم التمييز بوضوح بين نوعي الظواهر تلك بصيغة ما، ففي اختبارات لاولئك الاطفال من خلال تمرير أغراض وأشخاص أمامهم، تمكنوا من فهم الأشياء الممتكلة لقيود مؤسّسة على الحركة المستمرّة، لكن، لا يخضع الأشخاص لتلك القيود. حتى الآن، يبدو كل شيء واضحاً، فتلك الإختبارات، كما غيرها، ستوحي بأنّه لدى الأطفال والبالغين:
 
 صيغتين منفصلتين لتكوين مفاهيم وتصورات للواقع، صيغة لأجل الأغراض الجامدة (أكثر بساطة وقابلة للتنبّؤ وفق قواعد وقوانين فيزيائيّة) وصيغة أخرى مختلفة لدى الكائنات البشريّة (أكثر تعقيداً وغير قابلة للتنبُّؤ).


لكن، ما الذي يحدث عندما يصغر الخطّ التقسيمي بين الصيغتين؟ 
 
هل سنواصل التفريق بوضوح بين الأغراض والأشخاص والحفاظ على الفصل بين هذين المصطلحين؟ 
 
أو على العكس من هذا، هل يختلط نظاما التعرُّف على الواقع ووضع التفسيرات له؟ 
 
ففيما لو يُقدّم للأطفال الصغار، على سبيل المثال، زوج من الأغراض المتحركة، شيء (غرض) يُلاحق شيء آخر (غرض آخر)، سيفهمون، بسرعة، ويقبلون دون مشاكل بأن ما يحصل هو حالة ملاحقة وصيد، حيث يوجد هدف يجب إقتناصه، بحيث أنهم يأملون أن يستمرّ الغرض "الصيّاد" بملاحقته للغرض "الفريسة" بصورة مباشرة، وسيصيبهم الذهول عندما لا يتبع الغرضان هذه الصيغة المنطقية التي تحاكي سلوك الكائنات الحيّة.  
 
ما يمكن ملاحظته، هو قيام الأطفال بعملية إستدلال نفسيّة (فريسة، صيّاد، النيّة) ويتوافق هذا، من جانب آخر، مع ماضينا التطوريّ كلياً (ومتكيِّف جداً،  من الأفضل، في الغالب، أن يتعرّضوا لعملية عناية طويلة، كي لا يخطئوا أو يعتمدوا الظنون تجاه الأغراض، فيجب أن يتمتعوا بالدقّة وألا يخلطوا بين الأغراض (الأشياء) وبين الكائنات التي لديها مقاصدها في الواقع، كمثال على هذا، وصول نوع مُفترس جديد إلى نظامنا البيئيّ، ويتمتع بقدرة كبرى على التكيُّف (ففي الواقع، لدينا إحتمالات فقط،  فلقد تحركت الأشياء (الأغراض) بشكل منظّم في البداية،  كإحتمال فقط، إلى أن تركت هذا الأمر واستمرت بالحركة ككل شيء لوحده). 


ومن المذهل أنّ هذا لا يحدث فقط مع الأطفال الصغار، بل يحدث مع البالغين، كذلك، الذين لديهم ميل لتمرير نوايا تجاه الأشياء غير المتحركة، كما أثبت ذلك، ومنذ حوالي 70 عام، الأخصائيان بعلم النفس Fritz Heiderو Mary-Ann Simmel .

وذلك عبر تجربة شبيهة بالإختبار السابق، حيث جعلوا مجموعة من البالغين يشاهدون ذاك الفيلم. ما خلا شخص واحد قد وصّف الوقائع بإستخدام مصطلحات هندسيّة (يقترب المثلث الكبير نحو الصغير .. الخ)، فإنّ بقيّة البالغين المشاركين بالتجربة، قد شاهدوا "مثلثاً ضخماً عنيفاً يعتدي على مثلث صغير وعلى دائرة خائفة، وتُوحّد التماثيل الصغيرة قواها لتصارع المُطارَد". ما يعني أنهم وضعوا في الأشياء الجامدة تصوراً مُفعماً بالقصديّة والحسيّة. فقط من يعانون من التوحُّد (ولديهم مشاكل جديّة بالمؤهلات النفسيّة)، هم غير قادرين على رؤية المقاصد (النوايا) في الأشياء أو الأغراض.


  سيشير، كل هذا، إلى أنّ دماغنا مُحضّر تطورياً (وربما توّاق) لأجل تحديد عناصر سببيّة في محيطنا، تتزوَّدُ هذه العناصر بأبعاد شخصية، تعليلات ونوايا (مقاصد) محدّدة، وبناءاً عليه ووفق هذه الفرضيّة: 
 
فسيفسر عقلنا الطبيعة على أنها مجموعة من "الكينونات". 
 
سيُبسِّط هذا السلوك نمط الإستجابة كثيراً: 
 
ففيما لو يظهر الشيء "ممتلكاً لنوايا أو تعليلات"، فمن الأفضل أن نسلك كما لو أنه صحيح، لأنّه في عالم مليء بالمخاطر،  الكثير من تلك المخاطر هو جديد أو غير معروف، سيما في البيئات (الأبعد عن موقعنا الأصليّ كل مرّة في شرق الأرض) والتي استوطناها بصورة فعالة كنوع حيّ وعلى مدى زمني طويل، وهذا الإستيطان أداة قويّة للبقاء على قيد الحياة بمواجهة المجهول. 
 
ومن هنا، سنفترض مُسبقاً (بسبب التكيُّف التطوريّ) بإحاطتنا "بكينونات ذات نوايا أو ذات مقاصد"، حتى وصول الإحيائيّة (ربما شكَّلَت خرافتنا الكبرى الأولى وقاعدة كل الأديان الأخرى) للتخويف من إله الرعد أو تقديم القرابين لإله المطر (والكلام هنا مجازيّ): 
 
ربما، صرنا على مسافة خطوة واحدة فقط.
 
 

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